DIA VI
Cada día estas mas sumergida en mis
pensamientos, yo que no dormía en el día, hoy tengo que hacer de seis a ocho
siestas, no para dormir, sino para recostarme un buen rato con la intención de
pensar en ti, soñar contigo Cley, anudarme con mucha fuerza a tu recuerdo, a
tus pequeños detalles, ya no me conformo con mirar tus fotografías, oír tu voz,
mirar tu video, algo esta incendiando mis sentidos y los está convirtiendo en
una ansiedad inmensa, solo quiero despertar en ti, estar contigo todos los días,
estoy agonizando por verte, no puedo más amada mía, te quiero tanto.
Han pasado seis días que no se de
ti y estoy por convertirme en una esquina, solo tú puedes ayudarme, mi calle
larga te espera, apresúrate o solo encontrarás una polvareda inatrapable en tu
corazón tardío.
Tuyo siempre.
LAS ESQUINAS DE TU VIDA CLEY
La vida es un continuo deparador
de sorpresas, de tumultos y cacharos que el sol va desnudando con el paso de
las tardes.
Miro la esquina de cada calle y
en ellas leo en sus paredes una historia, el sol que se resbala por su
indumentaria triste me encandila con su difuminación acalorada, la textura
desvencijada del frise que cubre descorchado los bloque fríos, lloran sin
consuelo y unas manos como ganchos atrapan sus oquedades dolientes, para mí
algo redunda en cada equina, es mirar cómo pasa el viento tan solitario y
amargado, arrastrando algunos papeles sucios de tanto rodar y con las caras
estrujadas de tanto golpearse con las esquinas de mi calle..
Entre el trasquilar de las horas
y su tic tac que avanza con su estrategia bélica, mis ojos viajan a través de
cada esquina despierta, puedo oír los rumores que van dejando mientras se tuercen
como serpientes enjauladas y sus gritos aturden mis pensamientos que se
arrastran como los papeles sucios y sus caras arrugadas.
Me siento en el andén de una
locomotora que solo existe en mi memoria y el viento intenta despeinarme y quitarme
el sobretodo que se aferra a mi carne, como un guante en una mano deshuesada.
De las esquinas salen algunos perros grandes y se rascan el lomo con aquellas
esquinas antiguas, después que terminan de darse un hartazgo de sensaciones de
alivio, se van felices a acostarse a la sombra de una casa vieja, que solo
tienen dientes cariados en sus esquinas, extintas de tanto sufrir la inclemencia
del tiempo, que se las engulle con el rose árido del viento.
Cierro los ojos para olvidarme de
ti Cley y siempre estas incrustada en las esquinas de los recuerdos que no se
olvidan, vuelvo abrirlos y tú sigues caminando con el viento, saliendo de
aquellas esquinas que cuentan una leyenda olvidada y escriben en sus paredes
exiliadas tu nombre, pintado entre un corazón
de rayas blancas y otras oscuras.
Siempre de esas esquinas se
escucha una nota de Ana Gabriel y su canción “Evidencias”, se me cuela como un
hilo de fuego entre las arterias y hacen un nudo en su veloz correr por las cavidades
húmedas, dejándolas colapsadas en el remolino de tanta ansiedad desnuda y las
ganas que me asfixian, Cley, tus labios
sedientos de los míos siempre se posan suaves en mi espalda y tus besos terminan
interminables embutidos entre una ilusión viajera, nublando persistente con una
polvareda espesa, las esquinas de mi calle despejada.
Esas esquinas ya no existen, solo
quedan cruces deterioradas que no llevan a otro lugar que no sea a mi
desdicha…
Cuando logro levantarme de aquel
anden imaginario, las esquinas me ven y sonríen solas, atrapadas como yo por el
tiempo y el viento con su rose que nos desgasta y nos hace partículas de un
polen estéril e inútil ante tanta espera.
Estoy a punto de perderme en la necesidad de
convertirme en una esquina mas de mi calle, para cuando decidas venir a
buscarme, será demasiado tarde, no sé si llorarás el momento amargo, pero sé
que te sentarás como yo en el andén imaginario y a contemplar enamorada las
esquinas de lo que antes era mi calle desierta, porque seré una esquina más que
contemplaras entristecida, como se la lleva el tiempo con el rose del viento,
incluso querrás espantar los perros grandes que se rascan el lomo con las
esquinas, intentando obtener un alivio instantáneo.
Sin embargo, si observas bien los
papeles sucios que deambulan por la calle polvorienta con sus caras arrugadas,
te darás cuenta que llevan con ellas algunas palabras tristes y las cuales fueron
escritas por mi puño y letra, si recoges algunas, todas dicen lo mismo: ¡Te amo Cley!
Y en otras están escritas solamente una pregunta: ¿Qué harás ahora que soy una esquina mas en tu vida?…