jueves, 4 de diciembre de 2014

LA FLOR QUE ME REGALASTE AQUEL DÍA
Una flor puede decir mucho mas de lo que se dice en palabras, una flor puede estar cargada con su corazón blando, entregado, una flor puede llevar su aroma perfumado o el de su corazón enamorado, una flor puede gritarte que te esta amando aunque no lo oigas, solo lo podrás sentir cuando pose sus labios en tu boca.

La flor que me regalaste un día
con aroma imperdible de su libar
la guardé con orgullo y celosía
entre un libro y su libelar

Miraba aquella flor con demasía
me entraban ganas de quererte
pasando el tiempo loco fallecía
con locos deseos de tenerte

Paso un mes sin decir lo que sentía
anhelando un milagro esperaba
pero pasó otro mes y presentía
que  triste perdería si callaba

Pasando el tercer mes me angustiaba
escribí mas de cien poesías
dolor cruel en mi pecho apretaba
y al cuarto mes ya me vencía

Sin embargo pasaron los años viejos
nunca pude expresarle lo que siento
el cobarde andaluz de aquel secreto
solitario va muriedo por dentro
MI NOVIA LA LUNA

Recordarla para mi es soñar volando en pleno universo, es estar en medio de una planicie al descubierto, con el corazón desnudo, con el alma llena de pensamientos, con las venas sin sangre, su querer se la ha llevado a su domicilio. Hoy necesito que me devuelva la sabia con sus besos, con su cuerpo, con su amor.


La última vez que lloré por ella
la luna me observaba
nunca se acercó donde me encontraba
jamás quiso decirme ni una palabra
se quedo quieta observando cómo lloraba.

De tanta pena que por mi corazón pasaba 
escondió detrás de su vestido a los luceros
impávida quería como consolarme con su mirada
mas continuaba quieta sin decirme una palabra
Extendí mis brazos al cielo queriendo atraparla
ofrecerle mi cuerpo para que lo consolara
con su cara redonda mis lágrimas secara
y me llevara con ella girando sobre la nada
a media noche la vi como se alejaba
se llevo con ella a todos los luceros
dejándome solo mientras sollozaba
y dejo los recuerdos que olvidaba
RELÁMPAGO DE ILUSIÓN

Hoy después de tu breve ausencia, pienso que te estas yendo de  mis manos, pensar que deseo hacerte mía las veces que el reloj marca su segundero, me exprimo en cálido recuerdo. 

Mirando los luceros

un relámpago dulce iluminó la noche

encandilado no podía verte en la oscuridad

aterrado de aquella luz que no me dejaba mirarte

caí de bruces al suelo llorando

sentí que se me partían las vertebras

pero solo quería contemplar tu hermosura

lo que había hecho Dios de ti

una mujer sublime y encantadora.


Cuando por fin pude ver no vi nada

la furia del relámpago se había dormido

la noche triste borró la luz de mis ojos



porque tu ya no estabas...