No dejes nunca que muera de mal de amor, sería mi ruina, el infierno, mi muerte...
DÍA V
CARTA a CLEY
MURIENDO POR TI
Amada llena con tu ausencia la mía, embarga el palpitar
ligero con el gesto dulcificado de tus emociones más sinceras, desglosa en
ellas todo un conglomerado de sentimientos puros, nobles, transparentes como el
agua, con la incidencia eléctrica de un relámpago en la aurora, disperso en
las retinas de una canción de amor en la alborada.
Siente en tu piel como vibran mis caricias frecuentes en la distancia, se tu misma en mi alma encadenada, llena mi espacio vacío con
tus gestos de hembra apasionada, dime en el oído que me amas...
Ven a mis brazos y vivirás lo que nunca has
sentido, el reboso de una llamarada de pasión que nunca ha existido, el
nacimiento de los detalles que retoñaran profundos en tu piel, vivirás entre
un éxtasis de amor insondable en donde
te amare con todas las ganas sueltas.
Acércate a mis puertas cerradas por el olvido y
limpia sus telarañas, échale aceite a sus bisagras y ábrelas con la llave de tu
alma, encontrarás en una cómoda habitación, solitario y olvidado, un corazón ardiendo sobre sofá mullido, hirviendo de esperanzas…
Quiero tener esa mirada tuya que alumbra con luz propia
mis días extraviados, como el tocar de un músico a su guitarra, quiero para mi esa piel tan lozana y suave que
vibra sobre tus huesos, adherirme a tu cuerpo con tanta ansiedad para sentir
que estoy aquí, allá, en donde tu estas o cuando tú me necesites...
Ayúdame a proseguir en esta existencia que se la
lleva el viento, detén los días y su borrasca de quimeras que me acaban, si entras a mis puertas abiertas, nuestro querer será invencible como el tiempo, el sol, las palabras
nobles, los recuerdos más sublimes.
Amada y noble Cley, eres el despertar de mis recuerdos
que no te olvidan, recuerdos que ya no son recuerdos sino memorias y de las
memorias que ya no son memorias sino las tuytas, lo que mandan son tus antojos,
porque me has encadenado a tus costumbres sociales.
Mujer hoy quisiera teneros, hacerte temblar de
emociones dispersas y que vos lo hagáis conmigo, quiero hundirme en tu cuerpo
como un serafín bruñido de deseos incendiados, intensos, abrasivos, sublimes,
que bordeen con su coraza de ternura indetenible mis sueños y humecten mi árida
vida con tu agua bendita...
Ven, acerca tú oído a mis labios y te diré algo más
grande que el orbe, más insólito que el universo, más ardiente que el sol...
¡ Háblame! enlaza tu vida a mi existencia, hazla
mas loable y prodigiosa...
Unta en mis pies tus delirios y haz que corran
hacia ti en un fogoso vuelo de esperanzas, como dos líquidos vivientes que se
fusionan para siempre…
Te Extrañare: ayer, hoy, mañana y siempre Cley... Te necesito para continuar viviendo...