lunes, 2 de julio de 2012

LAS ESQUINAS DE CLEY


DIA VI
Cada día estas mas sumergida en mis pensamientos, yo que no dormía en el día, hoy tengo que hacer de seis a ocho siestas, no para dormir, sino para recostarme un buen rato con la intención de pensar en ti, soñar contigo Cley, anudarme con mucha fuerza a tu recuerdo, a tus pequeños detalles, ya no me conformo con mirar tus fotografías, oír tu voz, mirar tu video, algo esta incendiando mis sentidos y los está convirtiendo en una ansiedad inmensa, solo quiero despertar en ti, estar contigo todos los días, estoy agonizando por verte, no puedo más amada mía, te quiero tanto.

Han pasado seis días que no se de ti y estoy por convertirme en una esquina, solo tú puedes ayudarme, mi calle larga te espera, apresúrate o solo encontrarás una polvareda inatrapable en tu corazón tardío.

 Tuyo siempre.
LAS ESQUINAS DE TU VIDA CLEY

La vida es un continuo deparador de sorpresas, de tumultos y cacharos que el sol va desnudando con el paso de las tardes.

Miro la esquina de cada calle y en ellas leo en sus paredes una historia, el sol que se resbala por su indumentaria triste me encandila con su difuminación acalorada, la textura desvencijada del frise que cubre descorchado los bloque fríos, lloran sin consuelo y unas manos como ganchos atrapan sus oquedades dolientes, para mí algo redunda en cada equina, es mirar cómo pasa el viento tan solitario y amargado, arrastrando algunos papeles sucios de tanto rodar y con las caras estrujadas de tanto golpearse con las esquinas de mi calle..

Entre el trasquilar de las horas y su tic tac que avanza con su estrategia bélica, mis ojos viajan a través de cada esquina despierta, puedo oír los rumores que van dejando mientras se tuercen como serpientes enjauladas y sus gritos aturden mis pensamientos que se arrastran como los papeles sucios y sus caras arrugadas.

Me siento en el andén de una locomotora que solo existe en mi memoria y el viento intenta despeinarme y quitarme el sobretodo que se aferra a mi carne, como un guante en una mano deshuesada. De las esquinas salen algunos perros grandes y se rascan el lomo con aquellas esquinas antiguas, después que terminan de darse un hartazgo de sensaciones de alivio, se van felices a acostarse a la sombra de una casa vieja, que solo tienen dientes cariados en sus esquinas, extintas de tanto sufrir la inclemencia del tiempo, que se las engulle con el rose árido del viento.

Cierro los ojos para olvidarme de ti Cley y siempre estas incrustada en las esquinas de los recuerdos que no se olvidan, vuelvo abrirlos y tú sigues caminando con el viento, saliendo de aquellas esquinas que cuentan una leyenda olvidada y escriben en sus paredes exiliadas tu nombre,  pintado entre un corazón de rayas blancas y otras oscuras.

Siempre de esas esquinas se escucha una nota de Ana Gabriel y su canción “Evidencias”, se me cuela como un hilo de fuego entre las arterias y hacen un nudo en su veloz correr por las cavidades húmedas, dejándolas colapsadas en el remolino de tanta ansiedad desnuda y las ganas que me asfixian,  Cley, tus labios sedientos de los míos siempre se posan suaves en mi espalda y tus besos terminan interminables embutidos entre una ilusión viajera, nublando persistente con una polvareda espesa, las esquinas de mi calle despejada.
Esas esquinas ya no existen, solo quedan cruces deterioradas que no llevan a otro lugar que no sea a mi desdicha… 

Cuando logro levantarme de aquel anden imaginario, las esquinas me ven y sonríen solas, atrapadas como yo por el tiempo y el viento con su rose que nos desgasta y nos hace partículas de un polen estéril e inútil ante tanta espera.

 Estoy a punto de perderme en la necesidad de convertirme en una esquina mas de mi calle, para cuando decidas venir a buscarme, será demasiado tarde, no sé si llorarás el momento amargo, pero sé que te sentarás como yo en el andén imaginario y a contemplar enamorada las esquinas de lo que antes era mi calle desierta, porque seré una esquina más que contemplaras entristecida, como se la lleva el tiempo con el rose del viento, incluso querrás espantar los perros grandes que se rascan el lomo con las esquinas,  intentando obtener un alivio instantáneo.

Sin embargo, si observas bien los papeles sucios que deambulan por la calle polvorienta con sus caras arrugadas, te darás cuenta que llevan con ellas algunas palabras tristes y las cuales fueron escritas por mi puño y letra, si recoges algunas, todas dicen lo mismo: ¡Te amo Cley!
Y en otras están escritas solamente una pregunta: ¿Qué harás ahora que soy una esquina mas en tu vida?…