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viernes, 29 de junio de 2012

EL DÍA QUE LA CONOCÍ EN SKYPE




Aquel día de SKYPE jamás lo olvidaré

Día II


Cley
Tus manos son tan sutiles aporreando el teclado y tus ojos color de miel son tan hermosos vistos a través de mi pantalla del PC y de Skipe, ellos se incrustaron férreos en mi existencia, como un alfiler en la piel de un ángel moribundo.

Cuando te vi por primera vez me sonreíste dulcemente y te acercaste ligera a la débil luz que fulgía opaca mi alma en quimera, en ese instante fuiste una luz en mi reinante oscuridad.

Te pregunté como estabas y me dijiste enternecida: ¡ Bién!, tu voz era tan delgada y suave que edulcorada desgarró el velo de mi soledad gris, tu acento peruano incrustó en mi sentido auditivo, una música envolvente.

Algo brilló muy profundo en mis sentidos.

Los deseos dispersos se fugaron en las alas de un día en miniatura, sentí la saciedad de quererte sin fronteras, tu tez tan noble embistió mi tiempo que caminaba aprisa,  una fresca brisa de otoño se posó temblorosa en mi alma adormecida, tu presencia despertó un ansia por volver a soñar, reír y vivir, en ese instante inolvidable cuando quise deciros todo lo que sentía abrasivo en mi pecho, millones de nudos truncaron mi garganta, quedando trastocada por la inercia de palabras rotas.

Me preguntaste por muchas cosas y callé como guardan silencio las cosas que tejen místicas y como lloran las rocas basáltica, cuando llueve sobre ellas agua de lágrimas frías.

Te pedí que me arrojaras un beso y  dulce hiciste un delicioso ademan con tus labios en Ó y  me lanzaste un beso exquisito que me hizo hervir la sangre a borbollonees enloquecidos y luego expresaste ¡Me estas induciendo a realizar cosas que no quiero! y a pesar de tu contrariedad quise tenerte, te deseé con furias embriagadoras y fue implosivo mi querer, era como introducir mi cabeza entre témpanos con fuego, humo y lava de un volcán vorágine, esencial, alucinante y misterioso.

Allí en esa inmersa soledad distante, cree mi fértil holocausto de agonía… 
Mi corazón se había abierto y derramado  como una catarata turbulenta que para salir hace estallar en mil pedazos, a una gigantesca represa llena de fuego liquido. 

Te balbuceé con voz metálica, entrecortada y con denotada dulzura que me gustaba, tanto como la misma vida y que era como la magia de una fragancia aromática de un perfume importado,  que existías en mi memoria desde que te había conocido en el Facebook, quizás deduje muy pronto mi buen acierto y desvarié ante tanta belleza junta, tu beldad interna me conmovió hasta la más recóndita arteria, me estremeció como estremece en temblores de agonía,  las olas del mar con su espuma a la arena sedienta.

Lloré por dentro, sentí que desfallecía de amor y elegí en la semi penumbra llorar a solas, en mi interior algo se estaba haciendo jirones.

Te volví a balbucir, ¿Me aceptas? me dijestes que no y sentí languidecer en los brazos de Venus y sus flores mustias, vi como desfallecían mis anhelos y las aves del mal augurio dibujaron en mis labios un rictus de amargura y frustración enloquecida.

Eres es tan hermosa.

La noche dibujo constelaciones en mis ojos vacíos y se mutaron en un universo empañado por sollozos de un cuentagotas, la luna con su lágrima de sol escrutó mi dolor y me consoló con su manto de luz ámbar de menguante y un símbolo nocturno se estrelló beligerante en mis recuerdos.

Cley ahora solo vives en mi destino.

Eres tan delicada como los lirios y las rosas rojas…

Cley eres mi canto épico en una isla de castillos tallados con mármol, donde usted es la reina. Sin embargo, hoy en esta ignota soledad, abro mis alas de hombre enamorado y pienso en ti, pienso cuando será, pienso cuando te tendré entre mis brazos para quererte como se quieren las cosas buenas, para sentarnos a mirar y contar estrellas, para acariciar tu pelo que tanto me gusta, para besar tus labios ígneos, para quemarme en tu piel de ángel bello,  para vivir contigo y así  olvidar el tiempo.

¿Sabes cuánto, cuanto te quiero?

¿No te lo imaginas? …

¡Cley daría mi vida por ti!…

¡Estoy triste Cley! me haces tanta falta ¿Dónde estas? ¡Que te has hecho?
¿Acaso piensas acabar con mi esperanza?

Cley
Soy un ave que perdió el trino y las ganas de volar…

¡Te quiero hasta disolverme en la nada!

¡Ayúdame!

¡Corre

¡Dame un Fuerte abrazo que lo necesito!…